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Cocinar con música

cocinar con música

La música junto a la comida, forman una combinacón capaz de producir sensaciones casi inexplicables en el cuerpo humano. En ocasiones, puede tratarse de algo que va más allá de las necesidades fisiológicas de las personas, evocando situaciones placenteras que colman los días de tranquilidad y satisfacción. La cocina es una expresión artística como la música que de igual manera necesita inspiración, pasión y amor para así obtener resultados que perduren en el tiempo. Cocinar con música puede hacer de esta actividad diaria un momento agradable para cada miembro de la familia. Así como la música influye en nuestro estado de ánimo lo mismo pasa con la comida.

En Kitchen Academy queremos que el arte de cocinar se convierta en una actividad que pueda disfrutar desde el más pequeño de la casa hasta el más adulto de la familia. Sabemos que nuestros pequeños Chefs son auténticos artistas listos para aprender lo mejor de la gastronomía, llenando corazones de inspiración y estómagos de sabor.

Sinfonía en oídos y paladar

En cada aspecto de nuestra vida, muchas veces de manera inconsciente, la música está presente. De seguro has visitado aquel restaurante en el que disfrutas un delicioso platillo acompañado con agradables notas musicales de fondo, adaptadas al momento. Lo mismo ocurre cuando vas de fiesta con tus amigos. Llega un instante de la noche en que el cuerpo necesita alimentarse y comienzas a revisar las opciones de la carta. Es probable que la comida ofrecida en una discoteca sea diferente a la de un restaurante familiar. Sin duda son momentos distintos que requieren de alimentos singulares.

El término “sinfonía” hace referencia al conjunto armónico de partes que se adaptan bien entre sí. En definitiva para que la música y la comida puedan ser agradables, deben poseer tanto notas como ingredientes adecuados que juntos dan forma a estos dos aspectos tan significativos de la sociedad. Desde la antigüedad la gastronomía en compañía de la música, han recorrido un largo camino. En la edad media los grandes poetas exponían sus composiciones musicales en tantos banquetes como fuera posible.

La ópera se dio a conocer en fiestas realizadas por la nobleza obteniendo un éxito que perdura hasta la actualidad. En la época del Barroco, la presencia de la música se volvió indispensable para cualquier actividad. Por lo tanto, un músico era especie de un sirviente más para los nobles. En la época griega la música representaba un aspecto mágico, capaz de curar enfermedades, controlar la fuerza de la naturaleza e incluso modificar la conducta de los seres humanos. Además los griegos sabían el potencial pedagógico que ejercían las composiciones musicales en la formación de los jóvenes.

Existe una leyenda griega en la que el Dios Pan, un personaje descrito como mitad hombre y mitad macho cabrío, inventó la Flauta de Pan a partir de la muerte de su amada Siringe. Al fallecer, la mujer se convirtió en caña. La misma historia señala que el Dios Pan creó aquel instrumento musical con la caña resultante de los restos de su querida compañera. La música era fundamental para las actividades diarias de los griegos y siempre estaba presente en todas las celebraciones llevadas a cabo por ellos.

Muchos Chefs han inspirado sus platillos en piezas musicales de sus bandas favoritas. En ellos incluyen ingredientes que permiten saborear las notas ácidas, dulces o picantes que entran a los oídos, mientras se disfruta de aquellas composiciones icónicas en la vida de cada persona. Es posible encontrar lenguaje gastronómico en las canciones. A éstas se les conoce como gastrotemas. Algunos artistas se enfocaron en crear pistas pegajosas que, aunque comúnmente están destinadas a los pequeños de la casa, se quedan grabadas en la memoria a cualquier edad.

Al igual que el oído siente mayor afinidad por ciertas notas musicales, lo mismo le ocurre al paladar con los sabores. Esto va a depender de la cultura así como los gustos personales de cada individuo. Sin duda la siguiente metáfora es cierta: “hay música que se puede saborear y platillos que se pueden escuchar”. La inspiración musical ha llegado hasta los instrumentos culinarios, tal como es el caso de la copa Flauta, ideal para la degustación de vinos espumosos.

Música para cocinar

Existen géneros musicales que se adaptan a todos los gustos y situaciones. Entrenar en el gimnasio, trotar por las calles de la comunidad, sentarse a meditar frente al mar e incluso cocinar una exquisita paella, puede resultar mejor mientras se escucha la música que nos atrae. Realizar actividades acompañadas de las canciones de nuestros artistas preferidos, suma puntos extra de creatividad, entusiasmo, diversión y pasión a los platillos cotidianos o aquellos que elaboramos para una ocasión especial. Además, la música agiliza la realización de actividades físicas, permitiendo que sean culminadas en un tiempo que, en ocasiones, siquiera notamos.

No existe un género específico a la hora de cocinar escuchando música. Es probable que algunos prefieran reproducir pistas caribeñas como salsa, merengue, cumbia, bachata o reggaetón. Mientras que otros encuentran inspiración en artistas como The Beatles, Led Zeppelin, Bob Marley o Nirvana.

El simple hecho de encender la radio y sintonizar nuestro canal favorito, es otra de las situaciones comunes mientras nos encontramos en la comodidad de nuestra cocina. Este hecho tiende a transmitir una sensación de compañía, que puede marcar la diferencia entre tener una actitud apática frente a la preparación de los alimentos o trabajar con entusiasmo. Lo mejor es que es posible mantenerse informado mientras se disfruta de buena música. Para los amantes de la lectura, existen diversos textos en los que podrán encontrar una guía sobre recetas que se pueden acompañar de una pieza musical específica. El ejemplar “Sinfonía gastronómica” de los autores Roberto Iovino e Ileana Mattion, contiene información culinaria e incluye un CD con 22 piezas musicales, seleccionadas con el fin de degustar cada página del libro.

Por otra parte, el autor Joan Roca creador de “Diez menús para un concierto”, logró entrecruzar la música y la gastronomía en un menú de diez recetas inspiradas en fragmentos musicales de grandes artistas tales como Mozart, Beethoven y Bach.

¡Deja que la música te inspire a crear el plato estrella de cualquier ocasión!

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