Dieta saludable y niños
Seguir una dieta saludable es una de las bases para tener una salud de hierro, fundamental en la edad adulta. Pero tener unos hábitos alimentarios que nos lleven a tener una dieta saludable, se empieza a trabajar de niños. Hoy vamos a ver qué podemos hacer desde casa, para inculcar a nuestros hijos la necesidad de seguir una dieta saludable.
Qué vas a encontrar...
Hábitos alimentarios, Kitchen Academy
Desde nuestra Academia, pretendemos siempre inculcar hábitos alimentarios a los niños que asisten a nuestra Escuela Infantil. No solo queremos que nuestros aprendices de cocineros aprendan cómo cocinar. Queremos que sean plenamente conscientes de la necesidad de una alimentación variada y completa.
Este mismo hilo conductor de la dieta saludable lo usamos en el resto de actividades. Evidentemente no se tienen las mismas posibilidades que durante el curso de la academia, es lógico al no tener el mismo tiempo. Pero siempre intentamos hacer ver a los niños la importancia de comer sano. Cocinas sano, comerás sano, es una ecuación perfecta.
Esa misma labor la llevamos acabo en la escuela de adultos. No en vano en ella están los padres de esos niños a los que inculcamos hábitos alimentarios. El ejemplo a seguir, el espejo donde mirarse para un niño siempre son sus padres.
Hacia una dieta saludable en los niños
Los hábitos alimentarios se adquieren principalmente en casa. Es cierto que en nuestro caso los niños pasan algunas horas en el curso. Que la mayoría de los niños hoy por hoy comen en comedores escolares. Y en todos estos lugares se procura inculcar esos hábitos alimentarios. Pero sigue siendo el hogar de uno mismo el que le marca en la consecución de esos hábitos.
Los hábitos alimentarios se adquieren principalmente en casa
Crear buenos hábitos alimenticios desde pequeños
Si en casa somos compulsivos a la hora de comer, los niños tenderán a serlo. Si en la hora de las comidas la televisión es el eje central, es más fácil que los niños imiten de adultos ese patrón de conducta. Si comemos de forma relajada, pausada y con una amena conversación, ese será el patrón a imitar por nuestros hijos.
Como en el resto de cuestiones de la vida, somos su ejemplo a seguir.
Los desayunos
Salvo casos excepcionales, el desayuno es una de esas comidas que hacemos en familia. O al menos deberíamos intentar cuadrar para que así fuera. En ellos debemos reducir, cuando no eliminar, la ingesta de bollería industrial. Un buen sustituto sería hacer nuestros propios bizcochos caseros. Consumir siempre en el desayuno lácteos, cereales, pan, galletas o zumos de frutas fresca.
Alimentos y bebidas, cuestiones generales
Algunas consideraciones generales sobre los alimentos a ingerir. Por ejemplo a la hora de beber, hay que acostumbrarlos al consumo de agua. Frente a zumos artificiales y refrescos. Estos últimos tienen una dosis muy elevada de azúcares.
En cuanto a las carnes, hay que controlar el consumo de las mismas en los menores. Sobre todo carnes procesadas y embutidos. Deberíamos incluir en la dieta el consumo de cuatro raciones semanales de pescado. En cuanto a frutas y verduras, las cinco raciones raciones diarias.
La moderación en el consumo de alimentos con un elevado contenido graso debería ser una pauta esencial. Las hamburguesas, las pizzas, las salchichas o los helados, deben ser consumidos con moderación.
Los que dejamos a comer en el Cole a nuestros hijos, debemos controlar y conocer el menú escolar.
La sal y el azúcar
El dúo dinámico de la alimentación, básicamente los niños conocen todo por dulce o salado. La ingesta de ambos debe ser controlada. En cuanto a la sal hay que reducir su consumo. Elegir sales yodadas a ser posible. y comprobar el contenido en sal de los enlatados y snacks que puedan consumir.
Dulces, chucherías, refrescos, han de evitarse los abusos de estos productos. Lo ideal de nuevo sería que su consumo fuese ocasional.
Las comidas
Debemos procurar que al menos una de las comidas sea en familia. Por lo general en el fin de semana es más fácil conseguirlo. Pero debemos intentar que entre semana sea una «costumbre» cenar juntos por ejemplo. La comida es un momento de comunión familiar, así que aparte de alimentarnos debemos comunicarnos. Para ese objetivo debemos huir de la televisión y otros entretenimientos, fuera móviles y otros dispositivos de la mesa. En esos momentos de conversación, podremos observar cómo comen nuestros hijos.
Acostumbrar a los niños a realizar cuatro o cinco comidas diarias. A evitar el picoteo entre horas. Deben acostumbrarse a comer de todo, dieta saludable es aquella que es variada y equilibrada. Recordemos que los alimentos no pueden ser una recompensa, y menos aún un castigo. Vigilar que no caigan en excesos que nos lleven a casos de sobrepeso, hay que poner remedio cuanto antes.
Actividad física como complemento
Ya no existen dudas acerca de este extremo, la actividad física es un complemento imprescindible de una dieta saludable. Estimular a los niños a hacer ejercicio, en definitiva a tener una vida activa. Para cuando los niños empiezan a ser adolescentes hay que tener ya un trabajo previo hecho. El de poner en valor el físico de cada uno. Con sus diferencias, haciendo de ellas ventajas. No promover en ningún caso que el «prototipo de belleza» que se nos vende no es sinónimo ni de felicidad ni de éxito. Al contrario la aceptación de uno mismo es el gran éxito.
Podrá llegar el momento en que los adolescentes incluso pidan ponerse a dieta. Acudid siempre a un profesional de la medicina, siempre las dietas bajo control médico.
Me ha parecido muy interesante lo que habéis publicado sobre la dieta saludable y la importancia de compartir momentos como la cena, etc.
Muchas Gracias María Jose !! Cierto… para nosotros es muy importante. Un saludo y gracias por comentar.