Berenjena
La berenjena es una de las joyas de la cocina mediterránea. Esta hortaliza de verano ayuda a mantener a raya el colesterol y la oxidación celular. Además resulta ligera y digestiva.
La planta de la berenjena (Solanum melongena), que se da bien en climas cálidos, secos y soleados, pertenece a la familia de las solanáceas, como el tomate, el pimiento y la patata. Desde el punto de vista botánico la berenjena es una fruta que se encuentra en formas, tamaños y colores muy diversos. Pueden ser más o menos largas y gruesas. Las hay blancas, amarillas, verdes, a rayas y hasta anaranjadas.
La berenjena está compuesta principalmente por agua (92,6%). Esto, sumado a sus escasas grasas, la hace muy ligera. La fibra es, aparte del agua, el principal componente de la berenjena. De tipo soluble, favorece el buen estado de la flora bacteriana y disminuye la consistencia de las heces, lo que ayuda a su eliminación
En cuanto a sus micronutrientes, destaca principalmente su aporte en potasio. También es rica en vitamina B6, vitamina B1 y magnesio. Como refleja su color morado, la berenjena también contiene antocianinas, de acción antioxidante.
Las propiedades más valiosas de la berenjena no son debidas a su riqueza en vitaminas y minerales, sino a compuestos químicos específicos que se hallan sobre todo en la piel y las semillas. Estas sustancias (de sabor amargo) estimulan el buen funcionamiento del hígado y el vaciamiento de la vesícula biliar.
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