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¿Por qué es bueno que vayan a una escuela de cocina desde pequeños?

¿Por qué es bueno que vayan a una escuela de cocina desde pequeños?

Una de las novedades de la actualidad es la de involucrar a los niños en la cocina, que conozcan más acerca de la preparación de recetas. Los medios de comunicación han facilitado esta práctica gracias a los concursos y competencias que entusiasman a niños y a adultos. Pero las bondades de las escuelas de cocina infantil van más allá de que sean los protagonistas en la preparación de alimentos, y se suman otras ventajas que formarán parte de la vida de adulto.

Una escuela de cocina se ha constituido en el nuevo espacio en el que los niños, además de satisfacer su curiosidad, aprenden los secretos de la gastronomía, a socializar, compartir, a tener empatía y a conocer los cientos de detalles asociados con alimentos, sabores, olores, cocción y todo los secretos que guarda una cocina.

¿Cuáles son los beneficios que obtienen los niños en una escuela de cocina?

Los buenos hábitos de alimentación

Uno de los beneficios que adquieren los niños cuando van a una escuela de cocina, y que más preciamos los adultos, es que los pequeños adquieren hábitos saludables de alimentación. Nada mejor para padres y niños, los primeros preocupados por su buena alimentación, y los niños porque tendrán una vida más sana, adecuada para rendir en cualquier etapa de sus vidas.

Son más seguros

Si los niños son introvertidos o tímidos, una escuela de cocina les dará mayor seguridad en sí mismos, pues tienen la oportunidad de tomar decisiones, de asumir responsabilidades que serán validadas por los compañeros, y sentirán que sus ideas y opiniones son tomadas en cuenta. La libertad que tienen para mezclar, escoger recetas, alimentos y prepararlos a su modo será una forma de que se sientan parte del grupo.

Creatividad en acción

La cocina ha sido vista como arte y ciencia, que combinadas son una chispa para despertar la creatividad e imaginación de los más pequeños.

De manera que en una escuela de cocina los niños sabrán que parte de los resultados tienen que ver con poner en práctica lo que les dicte su imaginación, tanto en la preparación y combinación de ingredientes como en la presentación de los platos.

Trabajo en equipo

Aprender a socializar es otro de los beneficios de una escuela de cocina, donde los niños estarán encantados de preparar recetas a cuatro o seis manos; de compartir el trabajo de escoger, lavar, picar, guisar, sofreír, etc., con sus compañeros. Las relaciones que se fomentan en una escuela de cocina infantil son tanto funcionales como afectivas, pues al calor de la cocina se cuecen ingredientes y se comparten sabores.

Más conocimientos sobre los alimentos

En una escuela de cocina infantil los niños amplían sus conocimientos de los ingredientes, sus orígenes, procedencia, historia, formas de preparación, así como con las diferentes técnicas de cocción como hornear, freír, al vapor, guisar; además de ampliar su vocabulario y conocer la terminología asociada con la gastronomía.
¿Por qué es bueno que vayan a una escuela de cocina desde pequeños?

Mejoran sus habilidades motoras

Cortar, picar, desmenuzar, amasar, aplastar, untar, espolvorear y demás, son actividades que realizan los niños en una escuela de cocina y que van a contribuir a mejorar su motricidad fina, sus movimientos de manos y brazos, así como sus reflejos a la hora de desarrollar cualquier tarea, incluso fuera de la cocina.

Amor por la ciencia

Parte de la ciencia que tiene la cocina se puede ver tanto en las preparaciones como en la selección de los alimentos y sus cantidades.

Las matemáticas están presentes en las cantidades a agregar en cada preparación; en la sumatoria de gramos, mililitros, en conocer de porciones medidas en onzas, cucharadas y demás cálculos que se van haciendo a lo largo de cada receta.

Biología y química son otras de las ciencias que están presentes en la cocina, al observar las reacciones de los ingredientes, de los alimentos sometidos al calor, o los cambios en los procesos de enfriamiento.

El realce de los ácidos, dulces, grasas y demás sabores servirán de ejemplos para entender sobre reacciones químicas, así como la alteración de la composición cuando se manipulan alimentos de determinada manera.

Conocer otras culturas

Aprender a cocinar es otra forma de conocer acerca de otras culturas, pues la gastronomía nos lleva a recorrer y conocer otros países a través de sus productos, de cómo los cocinan, así como de la influencia de las migraciones, colonizaciones e intercambios humanos sucedidos a la largo de la historia.

Más conciencia sobre lo que comen

En una escuela de cocina los niños tienen más conciencia de lo que comen, bien por la calidad como por la cantidad de alimentos. Aprendiendo a cocinar los niños conocerán mejor los alimentos, sus propiedades, sus aportes y, en consecuencia los beneficios para el organismo. También aprenderán a ahorrar, y a utilizar todas las partes de las carnes, verduras, pescados y frutas, pues sabrán que jamás se debe tirar nada y aprovechar todos sus componentes.

Familiarizarse con utensilios y medidas de seguridad

Los tiempos en los que los niños debían estar alejados de la cocina quedaron atrás; hoy en día una escuela de cocina infantil ha sido la mejor forma de acercarlos al calor y de que aprendan a manipular utensilios como cuchillos, paletas, batidores, equipos de cocina, y, sobre todo, a no tenerles miedo. Conocer las medidas de seguridad para evitar heridas por quemaduras o cortes, machucones, etc., es necesario, y por eso los niños afinan sus sentidos para salir ilesos y disfrutar de cada preparación.

Responsabilidad e independencia

La cocina, sus técnicas y secretos, además de la ingente cantidad de información que contiene, servirán para que nuestros niños tomen conciencia sobre la responsabilidad que implica cocinar tanto para sí mismos como para sus familiares o amigos. Este sentido de la responsabilidad los hará ser más maduros a la hora de elegir platos y la forma de prepararlos; sabrán que no es lo mismo cocinar para niños o adultos, que para personas mayores o con regímenes especiales. En cuanto a la independencia, tendrán más seguridad a la hora de decidir sobre preparaciones, cantidades y combinaciones que siempre están presentes en cualquier receta.

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