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Cocina y aprendizaje escolar

Cocina y aprendizaje escolar

Parece que la cocina se ha puesto de moda, pues cada día aparecen nuevos cocineros tratando de enseñarnos a preparar recetas con distintos ingredientes y usando modernas técnicas culinarias. Podemos pasar horas seducidos por la magia que representa la transformación de los ingredientes en un plato que estimula todos los sentidos. Entonces, ¿por qué no utilizar esa magia en el aula escolar para trabajar conceptos, enseñar valores y fomentar buenos hábitos en los niños?

En Kitchen Academy apostamos por llevar la cocina a la escuela, y una muestra es nuestro proyecto de visitas escolares. Un proyecto con el que no solo buscamos seguir enseñándoles a los niños cómo tener una alimentación balanceada, a valorar su importancia para la salud y a cocinar adecuadamente para conseguirlo, lo que representa la base de nuestra labor. Con este nuevo proyecto buscamos también aprovechar la atención y curiosidad que despierta la cocina para colaborar en el aprendizaje de contenidos escolares de una forma significativa – ¡y, sobre todo, divertida! – para los niños.

El proyecto de visitas escolares KA

Una de las experiencias más importantes que hemos obtenido en nuestros talleres de cocina es ver cómo la curiosidad, el interés y la posibilidad de hacer las cosas por ellos mismos despiertan toda la atención de los niños. La atención es un bien escaso en las nuevas generaciones, por lo que lograr mantenerla en el tiempo genera cambios en su actitud hacia lo que se les enseña. ¡Y la cocina tiene la facultad de captar mágicamente la atención de los chavales!

Con nuestra propuesta de visitas escolares queremos aprovechar el potencial de la cocina en desarrollar la atención de los niños, además, para el aprendizaje de contenidos curriculares en asignaturas como matemáticas o ciencias. Pero la cocina también es aplicable para el aprendizaje en otras asignaturas no tan «evidentes», como geografía, historia o lenguaje, y para el aprendizaje de valores y principios.

Sentando buenas bases

Para lograr el objetivo de usar la cocina como aula de aprendizaje, se debe trabajar con contenidos generados por quienes más saben, los profesores. Son ellos quienes conocen los conceptos y destrezas que deben adquirirse con una determinada asignatura. Y es por eso que son los primeros a quienes buscamos para involucrarlos en el diseño de una sesión de clase poco convencional, pero tremendamente efectiva. Es el profesor quien nos provee la información necesaria para adaptar las actividades que se llevan a cabo en la cocina al contenido que quiere reforzar. De esta forma se prepara una receta «a la carta» para una determinada asignatura. Los materiales son preparados y adaptados a las necesidades de cada etapa escolar, tomando en cuenta la madurez que deben tener los niños en cada edad.

Preparando la visita

Antes de que la escuela realice la visita a nuestros espacios, se le envía información previa para trabajarla con los niños. Se les presenta en qué consiste la actividad que desarrollarán durante la visita, de forma de irlos entusiasmando y crearles la expectativa sobre lo que van a realizar. El material consiste, principalmente, en vídeos con los cuales los profesores van preparando a los chicos a conocer conceptos sobre alimentación y nutrición, como tipos de alimentos e importancia de las comidas del día. Es aconsejable que el profesor repase estos conceptos y contenidos que se manejarán durante la actividad. Además, se les dan a los chicos normas de prevención e higiene que deben seguir y respetar mientras se encuentren en nuestras cocinas.

¡Y llega el gran día!

La máxima expectación la despierta el día de la visita a nuestros espacios de cocina. Los chicos disfrutarán aproximadamente dos horas cocinando un plato principal y uno de repostería para degustarlos después todos juntos mientras comentan sus experiencias y sensaciones.

Durante la preparación del plato principal, se refuerzan los conceptos de nutrición y alimentación, además de mostrarles todos los beneficios que la alimentación balanceada tiene para una vida sana. Con el plato de repostería se cubren principalmente conceptos curriculares vinculados a las matemáticas: conversión de unidades, aumento y disminución de proporciones, contaje, geometría, etc.

Unido a todo esto, se pueden proponer otras actividades relacionadas a las demás asignaturas. Hablarles sobre los países de origen de los alimentos, animarlos a que comenten recetas que sean tradicionales en su familia, retarlos a que traten de explicar los cambios que observan en los alimentos y qué pasos deben dar para comprobarlo, o practicar con ellos el nombre de los ingredientes en otros idiomas.

Pero, además de los conceptos que podríamos llamar formales dentro del currículum escolar, las actividades en nuestras cocinas también los ayudarán a desarrollar hábitos para el trabajo en equipo. Mostrarles que en un equipo cada quien cumple un rol particular y que todos son indispensables para alcanzar un resultado óptimo. Desarrollar la conciencia del respeto a las normas y de la confianza mutua, así como la toma de decisiones para lograr el bien común.

Finalmente, el refuerzo en casa

Aunque lo dejemos de último, la alimentación y la nutrición de los chicos son, en primera instancia, responsabilidad de sus padres o representantes, por lo que les ofrecemos la oportunidad de reforzar los conocimientos en casa. Por medio de vídeos disponibles para los padres, todo el aprendizaje obtenido en nuestras cocinas lo pueden llevar a la práctica nuevamente en sus casas de forma de repasar los conceptos manejados. Los vídeos contienen el paso a paso de las recetas, las técnicas de cocina utilizadas, y alternativas de ingredientes para sustituir los alérgenos; además, existe la posibilidad de descargar la receta en formato pdf.

Resumiendo nuestra propuesta

En conclusión, las visitas escolares son un proyecto de actividades realizadas fuera del aula, que les permitirán a los niños aprender de forma activa, divertida, motivadora y participativa al realizar una receta de cocina. En estas visitas se refuerzan, de manera práctica, conceptos curriculares trabajados durante horas lectivas, pero eso no es todo. Lo más importante es que las actividades se focalizan en valores relevantes para los chicos: respeto, trabajo en equipo, paciencia, tolerancia, llevándolos a convertir las enseñanzas en verdadero aprendizaje.

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